ESTRUCTURA
la redacción
Al iniciar este
acápite debemos recordar que el editorial se distingue por ofrecer una visión
clara y sintética de un problema determinado. Este enfoque debe ser lo más
completo e integral posible. Debe describir las interrelaciones, profundizar
las causas, prever las consecuencias, establecer conclusiones justas y orientar
la vía a seguir para resolver la situación planteada.
“En este sentido,
el primer atributo que debe tener el editorialista debe ser el conocimiento del
tema. En el editorial lo que domina no es la forma periodística –importante e
inexcusable-, sino la idea, la fuerza lógica de la argumentación”.[1]
Para redactar el
editorial se debe tomar en cuenta los siguientes puntos:
El tema elegido
para el efecto sea evidentemente trascendental.
El editorialista (y
el medio) tengan realmente algo que decir respecto a ese tema.
Se debe tener y
manejar una idea clara que guíe todo el texto dándole continuidad y unidad.
Se tenga el
propósito de querer influir con las ideas del medio en los criterios del
público.
Se incentive, con
el contenido y direccionalidad del texto, hacia la acción.
Tenga un estilo
interesante de escribir.
El Título.
El título en los
géneros de opinión tiene mayor libertad y se acomodan a los contenidos. En el
título se puede incluir adjetivos y juicios de valor, a diferencia del género
informativo.
En los títulos de
opinión no es necesario que tenga un verbo, puede ser enunciativo o también
exhortativo, marca el carril o tema sobre el cual se va a escribir. El título
tiene que ser altamente creativo.
Un buen titular de
editorial es aquel que respeta el contenido desarrollado en el texto, sea
sintético y resulte atractivo. Es necesario que el título haga referencia al
aspecto más importante del tema que se desarrolla en el texto. Porque igual que
en el titular informativo resulta inadmisible anunciar algo en el titular que
luego no esté contemplado en el texto.
Los titulares de
opinión por lo general son muy breves. En el caso del editorial presentan el
tema y en su caso por la adjetivación que emplean dan un adelanto de la
opinión. “La extensión si bien suele estar en función de la importancia del
tema, la tendencia es ajustarse a un número de palabras, más o menos fijo, y
que se considere suficiente para los fines propuestos”.
Desarrollo y
Análisis.
Para la parte del
desarrollo y análisis según los autores sin diversas las posibilidades que se
pueden plantear, ya que no existe un único modelo.
Según Alex Grijelmo
explica que debería tener la estructura de las sentencias judiciales. “El
editorial empezará con una exposición de los hechos que vayamos a juzgar (lo
cual ayuda al lector a tener la información necesaria sobre el tema que se
trata). A continuación, interpretaremos cómo encajan los hechos en lo que
nosotros pensamos acerca de la sociedad, la política, etc., y finalmente
obtendremos la sentencia tras relacionar el primer apartado y el segundo. Es decir,
resultandos, considerandos y fallo”.[2]
Por su parte,
Natividad Vargas explica que en el editorial “el tema debe afrontarse de
entrada, sin preámbulos evasivos ni párrafos introductorios que alejan la
atención del lector o lectora. En el desarrollo del texto, no debe aparecer la
utilización del “yo” personal del autor, ya que quien razona y opina no es un
periodista concreto sino el periódico como institución social”.
En este sentido, en
el primer párrafo se plantea la tesis, o en algún caso la hipótesis, en los
párrafos siguientes se desarrollan los argumentos, y finalmente se ratifica la
tesis planteada y se subraya lo que se está diciendo, y en caso de que se
hubiera planteado una hipótesis, en este párrafo se presentará la tesis.
Mientras, que Juan
Gutiérrez Palacio explica que la estructura del editorial es bastante uniforme
y son tres pasos a seguir:
El texto editorial
comienza con la noticia, que es el punto de partida de ese editorial. Esta
exposición, aunque esencial, debe ser breve ya que la información detallada se
publicó en los espacios informativos. El autor del editorial valora a la vez el
acontecimiento.
El cuerpo del
editorial puede tomar las formas de interpretación, opinión o reacción. A
veces, puede haber una instancia a la acción, quizá a la oposición, dependiendo
del punto de vista del editorial sobre el tema.
El cierre del texto
debe ser un párrafo breve que hace hincapié de los puntos más importantes del
editorial o bien recapitula los razonamientos anteriormente expresados.
Juicio o
Conclusión.
El juicio es “el
pensamiento expresado en forma de proposición enunciativa en la cual se asevera
algo sobre las cosas”.[3] En
este marco, cuando se realiza el editorial se puede plantear los siguientes
tipos de juicio:
Analítico. Es
aquel en el que no se asume una posición explícita, sólo explica, es un juicio
implícito.
Sintético. En
este tipo de juicio se toma una posición, se dice si está bien o está mal sobre
lo que se analiza.
Hipotéticos. Aquí
se juega con el planteamiento de una hipótesis, es decir que no se plantea una
tesis. El editorial plantea posibles escenarios.
Categóricos. En
este juicio el editorial se mete a hacer campaña, se juega por algo. (plantea,
esto es así). No es conveniente usarlo.
Disyuntivos. Se
la plantea como una advertencia señala “si no hacemos esto, pasará lo otro”.
Llamado o Mensaje.
En esta parte se
hace referencia a la inducción de la actitud o vías de acción a adoptar en
consecuencia.
Luego de que el
editorialista realizó el análisis del acontecimiento, razona y predice los
acontecimientos del mañana y su posible mejora o solución.
En este marco,
podemos recordar lo mencionado por Grijelmo que menciona que se culmina el
editorial con un “fallo”, el que corresponde con la solución o el rumbo que se
le da al problema analizado.
Analizando a estos
autores podemos concluir que la estructura del texto deben ser construidos
desde el comienzo al final de forma reflexiva. Si en el primer párrafo
descubrimos el tema general que nos ha movido a escribir el editorial, en el
párrafo final debe quedar bien claro la conclusión, solución o rumbo que damos
al problema. La transición de una parte a otra será de forma lógica y
coherente, sin grandes saltos o cambio que dificulten o entorpezcan la
comprensión.
TIPOS DE EDITORIAL
- Explicativos: en los que se explica algo, sin opinar de manera evidente.
- La tesis u opinión: en los que se expresa claramente la opinión favorable o desfavorable.
Según la función social:
- 'Informativos': se dirige al conocimiento o la percepción.
- 'Interpretativos': introduce causas, efectos, futuro, conjeturas, entre otras.
- Argumentativos: se dispone en forma retórica, con argumentaciones y contrargumentaciones, para tratar de llegar al ánimo del lector.
- De acción: en él se tratan de poner en acción todos los resortes por los cuales se pueda mover la voluntad del lector.
EJEMPLOS DE EDITORIAL
VÍDEOS EXPLICATIVOS
Qué es el Diseño Editorial
COMO HACER UNA EDITORIAL
Alvaro Jeffer Rodríguez Rodríguez
¿QUE
ES EDITORIAL?
Un editorial pertenece al género periodístico, y
consiste en un texto expositivo-argumentativo, normalmente no firmado, que
explica, valora y juzga un hecho noticioso de especial importancia. Se trata de
una opinión colectiva, de un juicio institucional formulado en concordancia con
la línea ideológica del
medio. En otras palabras, es una opinión o comentario que hace el editor sobre
la noticia, y escrita según las experiencias del editor o de los editores.
Se trata de un texto tradicional de los periódicos y suele aparecer situado en un lugar
preferente dentro de la sección de opinión de un medio de comunicación.
Aunque el editorial no lleva firma, ya que resume una opinión colectiva, hay
periodistas encargados de su redacción, los llamados editores. En muchos casos,
lo escribe el director del periódico.
El editorial está siempre ligado a la
actualidad, ya que su relación con un hecho reciente es lo que le otorga la
característica de mensaje periodístico y lo aleja de ser un ensayo breve.
¿FUNCIONES?
El editorial
puede cumplir diversas funciones a la vez. Las funciones del editorial son
explicar los hechos y su importancia, dar antecedentes (contextualización
histórica), predecir el futuro, formular juicios morales o de valor y llamar a
la acción.
¿TIPOS DE EDITORIAL?
1. Expositivo: Se enuncias hechos para justificar una postura.
2. Explicativo: Manifiesta las presuntas causas de
acontecimientos.
3. Combativo: Su función, luego, es auténticamente
propagandística para la caracterización religiosa, partidista o sindicalistas.
Acentúa la protesta, la condena, la oposición intransigente, para intentar
ganar adeptos.
4. Crítico: Hace la vez de juez en nombre de la
opinión pública
5. Apologético: Pertenece a los órganos de los
oficialismo de los gobiernos. Su finalidad es divulgar en el tono más
apasionado posibles las bondades de un sistema de gobierno.
6. Admonitorio: Exhorta al cumplimiento de las
reglas, advierte los peligros, señala experiencias anteriores para ejemplificar.
7. Predictivo: Sobre la base de análisis de
situaciones diagnósticas resulta de tipo social y político.
Características:
a)
Sustancioso: Rico en ideas realmente sustanciosas; que cada frase tenga una
razón; que no haya palabrería inútil ni retorcimientos retóricos.
b)
Contundente: Que vaya al grano del asunto; que se exprese sin titubeos.
c)
Afirmativo: Que no se limite a reprobar sino a que proponga soluciones.
d)
Penetrante: Que no se quede en la superficie de los asuntos que aborda sino que
vaya más allá.
e)
Ágil: Que esté redactado con fluidez y claridad, con lógica y sin
rebuscamientos para que su lectura no resulte cansada, aburrida o
incomprensible.
f)
Convincente: Que trate de ganar con argumentos la voluntad de los lectores, que
los mueva a pensar como la institución periodística piensa.
g)
Breve: Que diga mucho en pocas líneas y trate de agitar en breve espacio
temas que entrañan siempre tesis profundas y vastas.
h)
Trascendente: Que su juicio resulte perdurable y de influencia en la
conformación de criterios.
Estructura:
El
Editorial requiere atrapar la atención del público con una entrada lo
suficientemente atractiva para despertar el interés y conservarlo sin
decaimiento hasta el final del escrito.
Al buen
comienzo debe seguir un fácil y siempre lógico desarrollo del comentario, que
invariablemente entraña una tesis doctrinaria.
Finalmente,
ha de procurarse terminar el escrito con un remate que implique una
condensación afortunada del pensamiento central.
Estilo:
Es
imposible reglamentar el estilo de un editorial, pero puede señalarse que para
cumplir con sus propósitos deben evitarse los “Lucimientos” declamatorios y la
ampulosidad empalagante de la retórica.
El
Editorial está destinado a todos los lectores, entre quienes habrá sabios,
ignorantes, sensibles, fríos, escépticos, apasionados y simpatizantes de la
idea.
Por lo
anterior, el estilo debe ser comprensible, sin detrimento de la exposición
lógica.
Clasificación:
a) De
lucha: Que ataca, exige y sugiere; que es fundamentalmente combativo y
ordinario.
b) De
testimonio: Que toma serenamente una posición y la fundamenta.
c)
Aclaratorio e instructivo: Que se propone explicar el hecho que lo suscita.
d)
Retrospectivo: Que comenta lo sucedido con la satisfacción leve o mordazmente
expresada del “ya lo decíamos nosotros”.
e)
Necrológico: Cuando el personaje o los personajes a que está dedicado merecen
un sitio tan destacado en la publicación.
f)
Previsorio: Que mira al porvenir que, sin pretensiones proféticas, se adelanta
convincentemente la presente y elabora una hipótesis a futuro.
Juan Pablo Perez Rojas.




No hay comentarios:
Publicar un comentario